Dejar de referirnos a los que han fallecido, como "muertos"


Presidente Gordon B. Hinckley
15to Presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días

El presidente Gordon B. Hinckley, en ese entonces consejero de la Primera Presidencia, dijo: “Esta obra, que se lleva a cabo con abnegación por los que están en el más allá, se acerca más que cualquier otra a la obra vicaria sin paralelo que realizó el Salvador. La grandiosa e importante labor de enseñar el evangelio de Cristo a los pueblos del mundo estaría incompleta, por no decir algo peor, si no se proporcionaran las mismas enseñanzas a los que han pasado a otra esfera, y se pusieran a su alcance esas ordenanzas del Evangelio que se requieren de todo el que quiera seguir avanzando en el camino hacia la vida eterna” (“Regocijaos en esta gran época de construir templos”, Liahona, noviembre de 1985, pág. 43).

El presidente Gordon B. Hinckley, en ese entonces consejero de la Primera Presidencia, enseñó: “No me gusta referirme a ellos diciendo ‘los muertos’. Creo que gracias al grandioso plan de nuestro Padre Eterno y a la expiación de Jesucristo, ellos viven; aunque hayan muerto en lo que respecta a su cuerpo terrenal, han conservado su identidad individual. Son personas como nosotros y con el mismo derecho a recibir todas las bendiciones pertinentes a la vida eterna” (véase “Regocijaos en esta gran época de construir templos”, Liahona, enero de 1986, pág. 45).

En calidad de Presidente de la Iglesia, el presidente Hinckley dijo: Después de todo lo que se diga o se haga, si el mundo ha de salvarse, será nuestra responsabilidad, y no tenemos escapatoria. Ningún otro pueblo en la historia del mundo ha recibido un mandamiento como el que nosotros hemos recibido. Somos responsables de todos los que hayan vivido sobre la tierra. Eso abarca la historia familiar y la obra en el templo. Somos responsables de todos los que vivan ahora, y ello implica la obra misional. Y seremos responsables de todos los que en el futuro vivan sobre la tierra” (“Church Is Really Doing Well,” Church News, 3 de julio de 1999, pág. 3; citado en Doctrina y Convenios y la Historia de la Iglesia, Doctrina del Evangelio: Manual para el maestro, pág. 240).

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